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Mitos y verdades sobre la alimentación


Una experta desmiente algunas de las desinformaciones alimentarias que circulan en internet.

Alguna vez habrá escuchado que tomar una copa de vino o una cerveza ocasionalmente puede tener beneficios para la salud, pero, según los expertos, este es un típico ejemplo de los mitos que existen alrededor de la alimentación saludable y que ahora, gracias a internet, proliferan con mayor facilidad.

No. Por moderado que sea, tomar alcohol no es bueno para la salud, sino que, por el contrario, “es un compuesto tóxico” que puede desarrollar varias enfermedades. Así lo señala la española Beatriz Robles, nutricionista y máster en seguridad alimentaria. “De lo que tenemos certeza es de que el alcohol en cualquier dosis tiene riesgos, lógicamente esto es dosis-dependiente: a mayor consumo, mayor riesgo, pero no hay un consumo sin riesgos”.

Otro de los mitos alimenticios de dudosa veracidad que circulan con frecuencia en internet trata sobre ciertos alimentos que supuestamente pueden proteger frente al coronavirus. “Es falso. Ninguno de los complementos alimenticios puede tratar o prevenir el covid-19”, dice la experta, y agrega que de lo que sí se tiene evidencia “es que un estado nutricional adecuado sí tiene un efecto sobre nuestro sistema inmune. Una persona que tenga una malnutrición o desnutrición, por ejemplo aquellas que tienen obesidad, tienen más problemas para combatir el coronavirus”.

Por esto, aunque no esté comprobado que los alimentos protejan del contagio del virus, lo que sí se recomienda es tener una buena alimentación para fortalecer el sistema inmunológico. “La dieta más recomendada debe estar basada en frutas, verduras, frutos secos, legumbres, semillas. Por supuesto, podemos incorporar determinadas fuentes de origen animal, pero evitando las carnes procesadas (como embutidos y enlatados) y limitando las carnes rojas”, sostiene la nutricionista Robles, quien recientemente publicó su libro 'Come seguro comiendo de todo: una guía para comer sin riesgos'.

Si te llega una desinformación, ¡actúa como una vacuna! Se tú el que para esa desinformación, no la traslades.

“También tenemos claro que derivar a una dieta en productos vegetales será mejor para nuestra salud y para la salud del planeta. Una dieta vegetariana es adecuada en todas la etapas de la vida, excepto, por supuesto, para los niños en etapa de lactancia”.

Según la 'I Guía de los bulos de la alimentación' realizada la iniciativa ‘#SaludsinBulos’, (así se le llama las desinformaciones en España) de la cual Robles hace parte, otros de los mitos comunes es el de los ‘superalimentos’, cosa que, según ella, no existe. Así como tampoco hay evidencia que demuestre que el consumo de azúcar influye en el comportamiento hiperactivo de los niños; ni es cierto que la panela sea una alternativa para el azúcar, pues “entre un 80 y 90 por ciento de su composición es igual a la del azúcar blanco (sacarosa)”.

Mentiras intencionadas.

El aumento de estos y otros mitos no es gratuito, sino que detrás de estas desinformaciones hay intenciones que buscan modificar nuestras decisiones y creencias alimentarias, especialmente ahora, en tiempos de pandemia, donde cada vez más circula información en las redes sociales e internet.

“Siempre hay una intención detrás de los ‘bulos’ (desinformaciones); puede ser económica -como hacer un boicot a una empresa o promocionar una marca-; puede haber un intento de ganar notoriedad por parte de 'influencers'; o también puede haber ‘bulos’ intencionados para que dejemos de consumir determinado alimento”, señala la nutricionista.

“Los ‘bulos’ alimentarios buscan condicionar nuestras elecciones alimentarias. Y lo que se consigue con estas desinformaciones es una reacción emocional; ya sea que lo recibamos por WhatsApp, por Facebook o Twitter, lo que nos provoca es miedo, ira, indignación o sorpresa. Esa reacción emocional es la que nos lleva probablemente a compartirlo a todo nuestro grupo de amigos y familiares.  Hay que tener en cuenta que cuanto más popular sea un alimento, más éxito tendrá la mentira.

Cuanto más elevan el tono y cuanto más sorprendente sea, más posibilidades hay de que les prestemos atención”.

Tener un criterio.

Frente a la cantidad de información que circula en internet se hace indispensable tener un criterio informado para decidir el tipo de contenidos en los que confiamos. “Creo que estamos siendo conscientes de la importancia de la desinformación en nuestras vidas. Si te llega una desinformación, ¡actúa como una vacuna! Se tú el que para esa desinformación, no la traslades”, sugiere Robles, quien recomienda fijarse no solo en las propiedades de los alimentos, sino cuestionar si estos son saludables.

“Al menos estamos siendo más conscientes de la importancia de cómo la desinformación puede condicionar nuestra vida y nuestra salud. Hay una preocupación mayor por la seguridad o inocuidad de los alimentos, por la higiene tanto alimentaria como personal, la higiene en nuestras casas; y yo creo que puede quedar, como algo positivo, ser mucho más conscientes de las medidas higiénicas que debemos tomar, ya no solo en esta pandemia, sino en general en nuestra vida para evitar enfermedades futuras”, resalta.