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Dietas de las celebridades que no debería seguir


Nutricionistas rechazan dietas que prometen milagros pero que son un riesgo por causar desórdenes.

No son nuevos los casos de celebridades que, amparadas en su propia fama, pregonan dietas milagrosas sin ningún tipo de respaldo científico. Todo va más allá de una anécdota: pueden ser peligrosas para las personas.

¿Alimentarse durante 22 días con solo vegetales, sin carbohidratos, azúcar, lácteos o proteínas? ¿Y además pagar 14 dólares por unas recetas especiales? Esa es la dieta que propone Beyonce y cuyo riesgo ya advirtió la Asociación Británica de Nutrición y Estilo de Vida.

No existe una dieta milagro que sanamente permita bajar 20 kilos en 22 días. En esas proporciones el cuerpo está expuesto a un desequilibrio peligroso, explica la nutricionista Nohora Bayona.

Consumir 1400 calorías diarias en promedio, como lo propone este tipo de dieta, es una invitación a promover desgaste y consumo de estructuras orgánicas como el músculo y otras fuentes de reserva, en virtud a que esa cantidad se acerca a la mitad de lo que debería ingerir una persona adulta.

Consumir solo frutas y vegetales verdes, por más sano que parezca, no ha demostrado suplir las necesidades alimentarias y menos si no se complementa de manera rigurosa con otras fuentes de alimentos.

Cualquier tipo de dieta para bajar de peso debe estar sujeta a la supervisión permanente de un profesional graduado de la nutrición y no de un influenciador, insisten los médicos.

"Dietas restrictivas como la que promociona Beyonce por 14 dólares llevan implícitos riesgos a que razón a que se venden de manera genérica desconociendo que los requerimientos nutricionales de cada persona son específicos, de acuerdo con sus condiciones orgánicas, su actividad y su estado de salud", afirma la nutricionista Bayona.

Por ese mismo camino está también la dieta Keto de Kim Kardashian, que priva a todos los que la realizan de todos los grupos de alimentos salvo las proteínas. Esto, según se ha comprobado, lleva a la pérdida de masa muscular y otras estructuras así como el desequilibrio metabólico.

Igualmente, ocurre con la llamada dieta alcalina de Kate Hudson, que sostiene erradamente que los residuos ácidos que dejan las carnes, las harinas, el gluten, la leche y el azúcar son perjudiciales para la salud, y por eso propone solo consumir vegetales, especialmente frutas y verduras.

Sin embargo, se ha comprobado que los tales residuos ácidos de estos productos no perjudican el organismo. Tampoco se ha demostrado que no darles al cuerpo aporte beneficios y sí lo expone a carencias peligrosas de nutrientes.

Hace un tiempo la también actriz Jéssica Biel propuso la paleodieta, que era, por más descabellado que suene, consumir solo alimentos disponibles en la época del paleolítico (proteínas animales, semillas y pocas legumbres), es decir, con una restricción muy marcada de carbohidratos que promueve un desequilibrio a largo plazo.

Y finalmente otra famosa que se aventuró a promover regímenes extremos fue Jennifer Aniston, que incursionó en la famosa dieta de la zona, que inculcaba aumentar el consumo de proteínas y grasas eliminando de tajo los carbohidratos, sin llegar a ser cetogénica. La actriz fue duramente cuestionada por carecer de rigor científico.